Miembros del Equipo Organizador del foro; miembros de las organizaciones participantes de América Central y Galicia; estudiantes. Bienvenidos al Foro Internacional da Auga.
Son tiempos estos en los que se habla mucho del Agua, aunque la cultura del agua ha estado presente en todas las antiguas civilizaciones que poblaron el planeta. Su desarrollo dependió en parte de esta; lo cual hizo que cada una de ellas entendiera a su manera dicha cultura, desarrollando creencias, mitos, arquitecturas y un sinfín de elementos relacionados con el vital líquido.
La cultura egipcia tiene una extensa relación con la cultura del agua. Su forma de vida se desarrollaba entorno al Nilo y tenían la creencia de que las fuertes lluvias que hacían crecer el río eran obra de la deidad del faraón, al cual mitificaban.
En la Antigua Grecia y Roma se consideró el agua como el origen de la vida. Los dioses del agua siempre ocuparon un lugar privilegiado para griegos y romanos. Dioses como Poseidón: dios del mar. Las Náyades: hijas de Zeus y ninfas de los ríos, arroyos o Afrodita y Venus: nacidas del mar..
Para el mundo islámico el agua es origen de la vida creada por Dios. Tiene un sentido de purificación tanto de cuerpo como de alma. Dar agua es ser piadoso, por ello la cultura musulmana considera el agua como un bien público indispensable para todos. En el Corán se la considera el principio más importante del Universo.
Así, el trono de Dios está en el agua en el momento de la Creación: “Él es quien ha creado los cielos y la tierra en seis días, teniendo su Trono en el agua” [dice el Corán, XI, 7]. Entre algunos pueblos de Norteamérica su Creador está ligado al agua. Para los incas, las aguas representaban una lógica simbólica, plasmada en la leyenda de los Viracocha: estos héroes, como las aguas celestes, aparecían en el sur y se alejaban en las aguas marinas, iconos de las estaciones lluviosa y seca.
Y aquí en Galicia no son pocos los lugares en los que se alude a una fuente, o al nacimiento de un arroyo al que la tradición y las creencias populares le han atribuido una propiedad milagrosa, curar heridas o sanar enfermedades..
Sin embargo, la sociedad del desarrollo ha perdido el sentimiento reverencial que en estas culturas se le daba al agua para convertirla en una simple mercancía.
En esta situación algunos países manifiestan preocupación por educar a sus ciudadanos en materia de agua, y así en los últimos años las administraciones han intentado desarrollar normativa para garantizar el uso equilibrado y sostenible y evitar la tan mencionada “guerra del agua”. No podemos olvidar, más allá de las fundadas o infundadas alarmas, que más de 1.000 millones de personas carecen de agua potable y más de 2.500 millones viven sin infraestructuras de saneamiento básicas. La gestión del agua bajo los principios de la sostenibilidad debe permitir asegurar a largo plazo un equilibrio adecuado entre su uso económico, su función ambiental y su valor social.
En este marco, la misión de las Escuelas de Ingeniería también es importante. En la Declaración del Foro Mundial de Educación de Ingeniería sobre el agua y la energía (Singapur – Octubre 2010) explícitamente se constataba que “La voz colectiva de la comunidad ingenieril deberá convertirse en una voz activa en el marco y resolución de desafíos globales llevando el discurso más allá de perspectivas políticas y nacionales.” En una sociedad cada vez más globalizada y con exigencias crecientes de desarrollo, le cabe a la ingeniería un rol fundamental en lo relativo a la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, y ello requiere de profesionales con una visión amplia del mundo, no sólo desde lo técnico sino también desde lo social.
Espero que este foro haga posible un fecundo diálogo que refuerce el compromiso de actuar en este sentido. Ojalá que así sea. Que disfrutemos del foro.
Muchas gracias y bienvenidos.
Belén González, Subdirectora ETSECCP.
Son tiempos estos en los que se habla mucho del Agua, aunque la cultura del agua ha estado presente en todas las antiguas civilizaciones que poblaron el planeta. Su desarrollo dependió en parte de esta; lo cual hizo que cada una de ellas entendiera a su manera dicha cultura, desarrollando creencias, mitos, arquitecturas y un sinfín de elementos relacionados con el vital líquido.
La cultura egipcia tiene una extensa relación con la cultura del agua. Su forma de vida se desarrollaba entorno al Nilo y tenían la creencia de que las fuertes lluvias que hacían crecer el río eran obra de la deidad del faraón, al cual mitificaban.
En la Antigua Grecia y Roma se consideró el agua como el origen de la vida. Los dioses del agua siempre ocuparon un lugar privilegiado para griegos y romanos. Dioses como Poseidón: dios del mar. Las Náyades: hijas de Zeus y ninfas de los ríos, arroyos o Afrodita y Venus: nacidas del mar..
Para el mundo islámico el agua es origen de la vida creada por Dios. Tiene un sentido de purificación tanto de cuerpo como de alma. Dar agua es ser piadoso, por ello la cultura musulmana considera el agua como un bien público indispensable para todos. En el Corán se la considera el principio más importante del Universo.
Así, el trono de Dios está en el agua en el momento de la Creación: “Él es quien ha creado los cielos y la tierra en seis días, teniendo su Trono en el agua” [dice el Corán, XI, 7]. Entre algunos pueblos de Norteamérica su Creador está ligado al agua. Para los incas, las aguas representaban una lógica simbólica, plasmada en la leyenda de los Viracocha: estos héroes, como las aguas celestes, aparecían en el sur y se alejaban en las aguas marinas, iconos de las estaciones lluviosa y seca.
Y aquí en Galicia no son pocos los lugares en los que se alude a una fuente, o al nacimiento de un arroyo al que la tradición y las creencias populares le han atribuido una propiedad milagrosa, curar heridas o sanar enfermedades..
Sin embargo, la sociedad del desarrollo ha perdido el sentimiento reverencial que en estas culturas se le daba al agua para convertirla en una simple mercancía.
En esta situación algunos países manifiestan preocupación por educar a sus ciudadanos en materia de agua, y así en los últimos años las administraciones han intentado desarrollar normativa para garantizar el uso equilibrado y sostenible y evitar la tan mencionada “guerra del agua”. No podemos olvidar, más allá de las fundadas o infundadas alarmas, que más de 1.000 millones de personas carecen de agua potable y más de 2.500 millones viven sin infraestructuras de saneamiento básicas. La gestión del agua bajo los principios de la sostenibilidad debe permitir asegurar a largo plazo un equilibrio adecuado entre su uso económico, su función ambiental y su valor social.
En este marco, la misión de las Escuelas de Ingeniería también es importante. En la Declaración del Foro Mundial de Educación de Ingeniería sobre el agua y la energía (Singapur – Octubre 2010) explícitamente se constataba que “La voz colectiva de la comunidad ingenieril deberá convertirse en una voz activa en el marco y resolución de desafíos globales llevando el discurso más allá de perspectivas políticas y nacionales.” En una sociedad cada vez más globalizada y con exigencias crecientes de desarrollo, le cabe a la ingeniería un rol fundamental en lo relativo a la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, y ello requiere de profesionales con una visión amplia del mundo, no sólo desde lo técnico sino también desde lo social.
Espero que este foro haga posible un fecundo diálogo que refuerce el compromiso de actuar en este sentido. Ojalá que así sea. Que disfrutemos del foro.
Muchas gracias y bienvenidos.
Belén González, Subdirectora ETSECCP.
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