Esta foi a súa resposta. Grazas David!
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Habiendo
trabajado 10 años en la UPC (Politécnica de Catalunya, ecosistema de
ingenieros y otros tecnólogos) tengo la sensación que el problema no es
de tecnología sino de cultura política.
En
la UPC tuvimos muchos problemas por generar informes sobre
investigaciones de campo en las que escribíamos sobre los impactos de
Repsol, ENDESA, Fenosa-Gas Natural, La Caixa o Pescanova, o ENCE en los
países del Sur.
Mucha
financiación de convenios empujó al rectorado a sacarnos suavemente, a
nosotros y a otros grupos críticos por ejemplo con la energía nuclear.
La tecnología finalmente se convierte de nuevo en campo de batalla y de
dominación. Ahí organizaciones como ISF tienen mucho que aportar, si no
se recluyen a aquello de las tecnologías apropiadas y a la cultura de
expertos. Porque no es cuestión de expertos, sino de democracias.
1 comentario:
Me ha gustado la última reflexión :)
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