Incidencia política y sensibilización tienen especial importancia en épocas de silencio, ya que cuando se protesta y hay ruido es porque la gente está más concienciada y por fin está demandando justicia (lo que ocurre con el movimiento 15M, indignados, Democracia Real Ya, etc.). Quizás en épocas de revolución y protesta sea más importante un trabajo de construcción de propuestas concretas conjunto, o de estrategias atrevidas para hacer llegar la voz a los que aun no quieren oirla (como la del otro día del movimiento 15M en el Congreso).
Un escrito magistral sobre el “peligroso silencio”, casi un ensayo, lo hizo Ryszard Kapuscinski, en la historia Por qué mataron a Karl Von Spreti (incluida en el libro Cristo con un fusil al hombro, que podeis encontrar en el local de A Coruña) y que mencionan en el blog Hay cosas más importantes que el miedo (la negrita es nuestra):
..."Los que se dedican a escribir libros de historia prestan demasiada atención a los momentos llamados "sonado" y no estudian lo suficiente los periodos de silencio. Se trata de una falta de intuición, esa intuición infalible en cualquier madre cuando se da cuenta de que de la habitación del hijo no le llega ningún ruido. La madre sabe que ese silencio no presagia nada bueno. Que es un silencio en el que acecha algún peligro. Corre a intervenir porque siente que el mal flota en el aire. El mismo papel lo desempeña el silencio en la historia y en la política. Es señal de desgracia y, a menudo, de un crimen. Es un intrumento político tan eficaz como el fragor de las armas o de las palabras en un mitin. Necesitan del silencio los tiranos y los ocupantes, que velan para que su actuación pase inadvertida. Fijémonos en el celo con el que lo han cuidado y lo han mimado todos los colonialismos. Con qué discreción trabajó la Santa Inquisición. Con qué empeño evitó toda publicidad Leónidas Trujillo. ¡Cuánto silencio emana de los países poblados de cárceles llenas a rebosar! (...) ¡Cuántas víctimas causa y qué costes ocasiona! El silencio tiene sus leyes y sus exigencias. El silencio exige que los campos de concentración se levanten en lugares apartados. El silencio precisa de un aparato policial gigantesco. Necesita ejércitos de delatores. El silencio exige que sus enemigos desaparezcan de repente y sin dejar rastro. No le gusta que ninguna voz, ya de queja, ya de protesta, ya de indignación, turbe su paz y tranquilidad. Allí donde tal voz se deja oír, el silencio golpea con toda su fuerza y restablece el estado anterior, en decir, el estado ideal de silencio. El silencio posee la facultad de expandirse, de ahí que utilicemos expresiones como "el silencio lo envolvía todo". También tiene la capacidad de aumentar de peso, y por eso hablamos del "peso del silencio", lo mismo que del peso de los cuerpos sólidos o líquidos. La palabra "silencio" casi siempre aparece asociada con palabras como "sepulcro" (silencio sepulcral), "campo después de una batalla" (reducir al silencio al enemigo), "mazmorras" (el silencio de las mazmorras). No se trata de asociaciones gratuitas. Hoy se habla mucho de combatir el ruido, aunque es mucho más importante combatir el silencio. En la lucha contra el ruido está en juego la tranquilidad de nuestros nervios, en la lucha contra el silencio, la vida humana. Nadie justifica ni defiende al que hace mucho ruido en cambio aquel que en su país impone el silencio siempre está protegido por un aparato de represión. Por eso la lucha contra el silencio resulta tan difícil. (...) Sería muy interesante que alguien investigara en qué medida los sistemas de comunicación de masas trabajan al servicio de la información y hasta qué punto al servicio del silencio. ¿Qué abunda más: lo que se dice o lo que se calla? Se puede calcular el número de personas que trabajan en publicidad. ¿Y si se calculase el número de personas que trabajan para que las cosas se mantengan en silencio? ¿Cuál de los dos sería mayor?"...
¡Hagamos que las que hacen ruido superen a las que trabajan por el silencio (o aun peor, por la desinformación)!
4 comentarios:
Interesante reflexión. Gracias por compartila! e agora a traballar por facer ruido...
Muy buen texto! =)
MOI interesante.
Completamente de acordo!
O silencio como arma psicolóxica depredadora.
este Sergio parece que tiene idea, jeje!! ahora a seguir dejando huella...
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