Las Bellas Artes se han empleado tradicionalmente como herramienta de educación y sensibilización en diversos ámbitos. El de la cooperación al desarrollo y la transformación social no es ajeno a este fenómeno, y tanto cine como literatura en todas sus formas, pintura, fotografía, cómic y también teatro (en Galicia ha habido no hace mucho un curso de teatro y cooperación, e incluso existe desde los 60 el llamado “teatro del oprimido” como variante específica que busca “transformar al espectador en protagonista de la acción dramática y, a través de esta transformación, ayudar al espectador a preparar acciones reales que le conduzcan a la propia liberación") hace tiempo que se involucran en estos temas.
Los juegos de rol, a medio camino entre herramienta educativa, de ocio y arte en si mismo, han tenido un uso en este ámbito sobre todo como herramienta educativa puntual en el marco de talleres, cursos o seminarios, pero no tanto como herramienta de educación informal o arte-denuncia en sí mismo (al contrario que su primo el teatro, que en algunas de sus variantes como la mencionada teatro del oprimido, hace protagonista al espectador de las situaciones, o sea, puro rol).
En ámbitos académicos y educativos se usa en materias como historia y fiestas de recuerdo histórico (en Galicia hay ejemplos de Guiness, como el juego de rol de Irmandiños que desgraciadamente ya no se realiza, y otros vinculados a enseñanza secundaria en cultura clásica como una iniciativa que se da actualmente en el IES de Chantada). Pero no es tan habitual iniciativas puras de rol en el ámbito de la transformación social y la cooperación al desarrollo. En Galicia, una iniciativa que ya lleva años en marcha es el taller de tres horas de duración que Ingeniería Sin Fronteras incluye cada año en su curso de Introducción a la Cooperación para el Desarrollo, que realiza en colaboración con la Universidad de Santiago. Se trata de que los alumnos interactúen como representantes de una ONG con una comunidad de Nicaragua con distintos habitantes de la misma, para conocer su problemática. Es un ejemplo de usar el juego de rol como herramienta didáctica. En Ingeniería Sin Fronteras Valencia han llegado a publicar un juego de rol con temática similar (“Viviendo en El Guanacastillo”), donde los jugadores toman el papel de miembros de familias de la comunidad de Guanacastillo (también en Nicaragua), y deben esforzarse por mejorar su calidad de vida con sus escasos medios y las circunstancias adversas que se dan en su comunidad (con un auténtico ejercicio de contabilidad familiar). Se trata del juego de rol en su vertiente de herramienta de educación para el desarrollo. En cambio, el introducir valores de integración, multiculturalidad o educación para la ciudadanía global mientras se está jugando (como arte u ocio) no se da tanto con los juegos de rol, aunque sí hay algunas experiencias en Galicia.
Algunas de las características del juego de rol como “arte” que lo convierten en Tecnología para el Desarrollo Humano:
- Capacidad de los participantes de tener la iniciativa y crear la historia, lo que aumenta la empatía con el personaje que interpretan (y que inevitablemente se suele contagiar con gran parte de la personalidad de quien está interpretándolo, a diferencia por ejemplo del teatro tradicional, donde los espectadores suelen tener papel más pasivo). Podemos decir que los juegos de rol son al teatro tradicional lo que la comunicación 2.0 es a la comunicación tradicional o a la 1.0
- Como herramienta educativa activa, sirve para fijar mucho mejor no solo conocimientos, sino también procedimientos y actitudes, y desarrollar valores.
- No crea dependencia, es fácil de adaptar a las distintas culturas, es muy adaptable a distintos contextos socio-culturales y socio-económicos (en todas las culturas hay cuenta cuentos y teatralizaciones, pero no siempre los espectadores pueden integrarse como personajes de la historia, sino que son más bien oyentes pasivos de una historia moralizadora o de entretenimiento).
- Se estimula el pensamiento crítico y la resolución de problemas, así como el trabajo en equipo y la asunción de responsabilidades por los actos realizados. Al tener la posibilidad de usarlo como juego colaborativo (y no competitivo), estos valores se fortalecen aun más.
- Es barato y se puede practicar en cualquier lugar.
- Es replicable por jugadores y personas de cualquier estatus por no exigir un especial nivel cultural, formativo, adquisitivo, etc. El papel del Director de Juego (y de quien diseñe la aventura) sin embargo sí puede ser más complicado y exigir de ciertos conocimientos por ejemplo cuando se pretende dar al juego un contenido transformador o de transmisión de valores de ciudadanía global, dada su influencia en la historia y los jugadores.
1 comentario:
frikiiiiiiiiii
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